miércoles, 5 de octubre de 2011

Todos somos responsables de nuestros actos.



E. es un joven enorme, un Hércules, procede de la muy rica y europea Cataluña . En menos de un cuarto de hora este joven maltratado por una sucesión de conductas nefastas, ha sido capaz de resumir su vida y dejarnos estupefactos; más aún cuando el tono con el que habla no expresa ningún rencor, quizá es el amor que siente hacia su madre el que le ha librado de desgracias mayores y también de dejarse llevar sólo por el odio y la venganza.

Es un ejemplo palpable de la perplejidad que produce la vida y la sociedad de hoy en un joven que ha sufrido las leyes educativas en un colegio(-guardería), leyes diseñadas para promover la ignorancia y el desprecio a la autoridad, ganada por el mérito y el esfuerzo.

A este mal ejemplo dado por quien menos se podía esperar, los maestros ( bueno, ahora se les llama profesores, y muy especializados, tanto, que los árboles no les dejan ver el bosque) se suma la desintegración de la familia.

Nunca como hoy la juventud esta necesitada de ejemplos dignos de confianza, de ejemplos que abran caminos, que ayuden a crecer y madurar a los jóvenes. Si cada ciudadano cumpliera su función con responsabilidad, toda la sociedad recibiría los beneficios, y habría beneficios abundantes, sería una sociedad rica en trabajo, en producción y en valores, segura y sin complejos, más feliz.

E. nos cuenta que él no tiene padre, vivía con su madre y cinco hermanos. Una hermana murió a los veinte años de un cáncer de huesos, el hermano murió víctima de la droga, una hermana en cambio se ha casado muy bien y ha heredado una fortuna.

E. ha vivido con su madre, y por el tono con que habla de ella existe entre ambos un gran cariño, él ha vivido para cuidarla, ha llegado a robar para comer, nos dice, y ha sufrido la cárcel como consecuencia. Ahora él acaba de salir de un centro de Reto, satisfecho de haberse recuperado de la droga, (y un poco confuso en cuanto a la idea de Dios que tienen los católicos y los protestantes; precisamente porque quería aclarar este concepto empezó nuestra conversación), pero su gran preocupación sigue siendo que su madre vive en la calle.

No se nos ha olvidado que una hermana, hija de otro padre, se casó y heredó una fortuna millonaria, y su madre sigue pasando necesidad. ¿Cabe mejor ejemplo de una sociedad de contrastes, desestructurada, terriblemente injusta?, porque la injusticia ya no se practica sólo en los tribunales corrompidos, sino que ha calado en la base de la sociedad, se practica entre hermanos, entre vecinos, entre los obreros; sí, entre los obreros, unos, más veteranos y quizá sindicados, están prejubilados y cobran pensiones como sueldos; otros, más jóvenes en su mayoría, llevan años en paro o recibiendo míseras ayudas que les obligan a vivir con sus padres, si tienen esa suerte; si no, Dios sabe donde irán a parar.

Como podemos ver, E. nos ha hecho un gran servicio, nos ha presentado en un cuarto de hora, a la velocidad que corre la sociedad actual, una panorámica de su vida y de gran parte de la sociedad que hemos creado entre todos, todos somos responsables desde que empezamos a poner por delante “mis derechos”, olvidando que para recibir hay que dar antes. Cuando todos den lo mejor de sí entonces se podrá recibir y no faltará un remedio para una enfermedad o una pensión digna para cualquier anciano, haya cotizado o no.

Gracias E. por tu sinceridad, por tu nobleza de carácter, por mantener viva tu curiosidad por saber lo que no te enseñaron en la escuela, hoy colegio, por respetar a quienes no piensan como tú, por hablar sin rencor a pesar de todo lo que he descrito aquí y todo lo que encierra de soledad, de tristeza y de coraje. Gracias por mantenerte vivo y querer mejorar en tu vida personal y a la sociedad que tan mal te ha tratado.

Hay que reconocer la labor tan extraordinaria que lleva a cabo Reto para sacar de una situación desesperada a cualquier persona, los métodos pueden gustarnos o no, pero son eficaces, y una vez recuperado, convertido ya en persona , cualquiera puede decidir qué hacer con su vida. En cualquier caso son muchos los que me hablan bien de reto, a pesar de alguna crítica, que ya empiezo a dudar si algunas son justas o no. Nobleza obliga y de bien nacidos es ser agradecidos.

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