Por José Nunes Martins, Paulo Pereira da Silva,
Francisco Gomes
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6ª estación:
La Verónica enjuga el rostro de
Jesús.
V. Os adoramos y bendecimos, Oh
Jesús.
R. Que por vuestra Santa Cruz
redimiste al mundo
“Quien Me ve,
ve también a Aquel que me Me
envió.
Yo vine al mundo como luz”.
Jn. 12, 45-46
Frágil y en camino.
Porque soy como tú, te
necesito.
Quien me reconoce y respeta, aún cuando son
evidentes las heridas y las cicatrices de mis luchas, quien se arriesga para
estar un segundo conmigo en esas profundidades, quien no recela del contagio
inevitable de los dolores, quien con verdad se acerca y cuida de mi, ese merece
todo.
Hay rostros que quedan
impresos en nosotros.
Los de quien nos enseñó
a través de la verdad de las palabras y mediante la autenticidad de sus
ejemplos…
Los rostros de quien nos
amó y así se dio a nosotros…
¿Me
escondo cuando empiezo a sufrir?
¿Cuántos de los que me conocen saben quien soy? ¿Reconozco la fuerza del otro en su
fragilidad? ¿Cuántas veces quiero, lo
mismo, saber de los otros? ¿Cuántas
veces limpie el rostro de alguien que me amó?
¿Cuántas veces le dediqué una sonrisa?
Abandonado. Envuelto en odios, groserías, apatía
La cruz pesa
terriblemente. El calor es sofocante, la respiración dificultosa y todo da
vueltas delante de los ojos.
Una mujer, anónima, con
su velo blanco, de un blanco inmaculado, sale de la multitud y atraviesa el terrible
cortejo.
Tomando en sus manos el
paño blanco, Le limpia delicadamente el rostro.
Mostró delante de todos
su amor con un gesto apasionado de confianza, sencillo, inmenso, intenso.
Él el Señor, limpia el
rostro lleno de lágrimas de Verónica con su mirada de compasión.
El cortejo pasó. Los
brazos de verónica abrazan con fuerza el paño embebido de la gracia.
Enséñame, Señor, a
olvidarme y abandonarme a los otros. Ayúdame a pensar en ellos, a esforzarme
por comprenderlos para que pueda ganar su confianza y decirles las palabras
adecuadas en cada momento. Ayúdame
confortarlos, a saber construir una relación verdadera y llena de
comunión.
Imprime, Señor, en mi
corazón tu imagen para que yo consiga tener un verdadero mirar de compasión.
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