lunes, 30 de marzo de 2015

De “Via-sacra para crentes e não crentes”



Por José Nunes Martins, Paulo Pereira da Silva, Francisco Gomes
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9ª estaçión:
Jesús cae por tercera vez


V. Os adoramos y bendecimos, Oh Jesús
R. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo

¿Hasta cuando atacaréis a uno
tratando de derribarlo todos juntos
como a un muro que se desploma
como a una pared a punto de caer?
Sl. 62, 4

Al contrario de las cosas buenas, que tienden a ser únicas e irrepetibles, parece que las maldades encuentran  siempre forma de suceder una detrás de otra.

Cuando se cae por tercera vez se percibe que no es el fin, sino tal vez algo peor. Mucho peor.

… Estamos ahí, a la espera de todo y de nada… de lo que viniere. Nos condenamos a nosotros  mismos al fracaso absoluto, que llegamos incluso a considerar justo.

…casi no queda voluntad alguna.

A veces es una simple brisa, la memoria de una sonrisa, la historia de una lágrima, el recuerdo de un lugar o un sueño de un tiempo…

¡Sólo cuando me levanto, después de haberme perdido, es cuando me encuentro… a mí mismo!

¿Soy capaz de comprender que no soy el centro del mundo?    ¿Cuántas veces debo perdonar al otro?  ¿Qué quiero de mí?

Camina sobre la tierra. Tierra dura. Tierra sobre la cual los hombres caminan, siembran, construyen, trabajan, guerrean, se destruyen y se autodestruyen.

Ningún hombre caído en desgracia puede sufrir tanto sin que sea visitado por el Padre. Padre que ve y que escucha los gritos de los que están en tinieblas y en sombras de muerte.

El Señor viene a visitar a todos los que gritan…

Llega el momento en que Hijo se lanza en al vacío más profundo de la vida, junto a la muerte que viene del pecado. Pecado del cual está exento.

Quebrado, se tambalea y cae.

Es la tercera vez.

También por la tercera vez se levanta y prosigue en la fidelidad al Padre. Tres veces. Tantas como el número de llamadas de los Profetas…

Si entre el Padre y el Hijo la palabra es el silencio, la luz y el soplo de vida pura, en este instante es vacío y tinieblas.

¿Dónde está el Padre?

Señor, …
Hazme comprender que lo que Tú me exiges no es que yo no sea débil y frágil, pero sí que recomience siempre sin fin, con nuevas fuerzas. Aquí reside nuestra vida. Dame la Gracia de comprenderlo.


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