jueves, 1 de mayo de 2014

Vivir tranquilamente

José Luís Nunes Martins
En “Filosofías. 79 Reflexiones” Lisboa 20013. Ed. PAULUS. pág. 215


                                                        Ilustracion Carlos Ribero

Tener la muerte cerca asusta, pero permitir que ese miedo sea tan incapacitante que sólo la propia muerte le pueda por fin es algo tremendamente absurdo.

Aquello de lo que la mayor parte de las personas tienen miedo es de vivir una vida sin sentido. Pasar su tiempo, el único tiempo que tiene, en hacer elecciones erradas. La verdad de la vida parece bastante más evidente ante la consciencia de su/nuestro fin inminente.

Sepamos escuchar los consejos tranquilos y sabios de los más viejos, sin caer en la tentación de confrontarlos con la propia vida; tal vez haya sido precisamente por haber escogido mal para sí lo que, ahora, nos puede ayudar a nosotros a no hacer lo mismo.

Aprender a procurar la tranquilidad y  vivirla es algo extremadamente simple y valioso. Se trata de aceptar con una sonrisa lo que la vida nos da, apreciarlo por poco que sea, en vez de andar enajenados soñando con cosas tontas. Nuestra ansiedad, rabia y frustración son señales de que algo esencial entre nosotros y el mundo está equivocado, y tal vez no sea el mundo.

Nada en la vida está garantizado y eso la hace aún más bella. Un don.

Deberíamos dejar que la paz nos guiase a través de los días y las noches. Al final, la felicidad no está en nuestros sueños, pero sí en la capacidad  que tenemos de aceptar y admirar con calma el fragmento de la vida que nos anima.


Quien así sabe vivir tal vez pueda encarar la muerte como sólo un momento más entre dos tranquilidades.

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