José Luís Nunes Martins
En “Filosofías. 79
Reflexiones” Lisboa 20013. Ed. Paulus (pág. 137)
Son muchos los teóricos
que invierten todo su esfuerzo en intentar explicar por qué existe el mal en el
mundo. Los resultados son controvertidos y oscuros. ¿Qué resulta de ahí? Nada
Es simple y claro: el
mal existe. Nace en la esencia de nuestro egoísmo y está en la raíz del hambre,
el dolor, la ignorancia, la mentira, la injusticia, la guerra… Es necesario un
verdadero ejército de gente dispuesto a aventurarse en la lucha contra el mal,
con humildad, y teniendo el amor como espada.
Hay peligros. El de
dejarnos abrumar por la grandeza del mal frente a la pequeñez de los resultados
obtenidos; o el de que somos pocos – lo que nos puede animar aún más, por el
heroísmo redoblado que protagonizamos, también nos puede herir fatalmente el ánimo,
porque sintamos que al final aquellos que creíamos ser de los nuestros no lo
son.
Muchos creen que luchar
contra el mal implica el sacrificio de la propia vida, una especie de dolor
consentido, asumido, casi deseado, un martirio. No lo es. El sufrimiento no es
redentor por sí, sólo lo que conseguimos hacer a través del amor lo es.
Es importante recordar
que la crisis de valores comenzó hace mucho tiempo, golpeando primero los más
fundamentales, el amor y todas sus derivaciones. Hoy, creer que hay quien
necesita de nosotros, ir a su encuentro, ayudar, es cuanto basta para producir
el milagro.
Así como no cree en los
cielos, infiernos y paraísos, no puede
negar la evidencia de que un hombre puede ser un ángel para otro hombre. ¿Si
esto está claro y lo hará feliz, por qué esperar?
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