José Luís Nunes Martins
En “Filosofías. 79
Reflexiones” Lisboa 20013. Ed. Paulus (pág. 179)
Ilustración:
Carlos Ribero
Las personas andan
infelices en gran parte debido al hecho de que están cada vez más confusas en
relación a lo que es realmente importante. Pasan sus días procurando cosas que,
en vez de hacerlos felices, les causa ansiedad.
Se busca la fama, como
si el valor de cada uno dependiese de aquello que le es reconocido por los
otros. La verdadera libertad pasa por la capacidad de ser quienes somos,
independientemente de la opinión ajena. Quien busca agradar a los demás poco
tiempo le queda para agradarse a sí mismo. Sencillamente. Aquello que piensan
sobre nosotros no nos merece respeto. Tratemos de ser quienes somos: felices.
El miedo a fallar puede
impedirnos seguir un camino nuestro. Son muchos los que tienen coraje y saben…
pero, en el momento clave, el miedo los paraliza. En estos casos es bueno
pensar que no hay comparación posible entre lo que se pierde por haberse
fallado y lo que se pierde por no haberlo siquiera intentado.
El miedo al fracaso
esconde a veces el temor al juicio ajeno sobre un eventual fracaso propio. ¿Pero
qué diferente puede hacer a nuestra paz y felicidad si los otros nos admiran,
condenan o ignoran? Cuidado. Son muchos los que desean que los acompañemos en
sus fracasos, por lo que nuestro acierto
será siempre, a sus ojos, condenable.
Dos buenos principios
de vida: nuestra indiferencia y paz ante lo que piensan acerca de nosotros; y,
la tranquilidad de que nunca tengamos que juzgar a nadie.
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