jueves, 20 de marzo de 2014

Anatomía de la apariencia


José Luís Nunes Martins
En “Filosofías. 79 Reflexiones” Lisboa 20013. Ed. Paulus
                  

La apariencia es la realidad tal como se manifiesta. La primera impresión que algo imprime en la mente resulta casi siempre de los datos de los sentidos, y a ella se junta una necesidad casi incontrolable de comenzar a sacar concusiones cuanto antes.

Hay cosas que parecen ser lo que son, otras no. Cualquier cosa tiene que revelarse a través de una apariencia, pero esta es una especie de superficie que invita y puede permitir el acceso a lo que las cosas son. En apariencia hay siempre señales fieles de la realidad que la soporta. Pero sólo una atención paciente permite descubrirlos.

¡Si con las cosas es difícil distinguir, con las personas todo empeora... La apariencia de los seres humanos es controlada en buena parte por ellos mismos y la tentación de cuidar de sí es de las que cuentan con más adeptos!

Más allá de eso, las personas cambian. La esencia de lo humano lo lleva a construirse continuamente. Quizá el gran secreto de las relaciones humanas consista en ser capaz de descubrir incesantemente al otro, en su evolución constante. De ahí que el amor, siendo eterno, deba renacer cada día que pasa.


La apariencia puede engañar, pero es siempre quien saca conclusiones precipitadas que se engaña sí mismo. Si faltara la paciencia y la prudencia, no hay vuelta que dar, estamos condenados a engañarnos respecto de los otros y hasta de nosotros mismos. Porque las personas nunca son lo que parecen, ni tampoco cuando parecen ser lo que son…

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