viernes, 7 de marzo de 2014

La incoherencia de la verdad


José Luís Nunes Martins
En “Filosofías. 79 Reflexiones” Lisboa 20013. Ed. Paulus


Hay en cada cosa un pedazo de todo. En cada detalle, un armonía. En el mundo en que vivimos, con la inteligencia de que somos capaces, es preciso aprender que el sentido de la vida puede no caber en nuestra cabeza. Existen cosas que no comprendemos porque su razón es más compleja de lo que nosotros podemos abarcar.

Es sabia la ignorancia que no se encumbra, sino que se anula, abriendo espacios para que los significados más profundos se puedan descubrir. La coherencia puede funcionar como una señal inequívoca de falsedad. La verdad es de un orden diferente a aquello que tiene sentido al espíritu humano. Cuando en una historia todo encaja perfectamente, lo más probable es que existan por allí mentiras para tapar los pedazos de lo incomprensible. La imperfección funciona como la marca de autenticidad, cuando admite el espacio que la humildad debe reservar  al que nos sobrepasa.

A veces, porque desconocemos nuestras motivaciones, creamos narrativas ficticias que parecen explicar nuestras emociones y decisiones, y esto sin darnos cuenta de que nos engañamos a nosotros mismos. Es, en algunos casos, tan recurrente, que llegamos a tomar la vida de algún  personaje por la nuestra propia… y todo esto por simple falta de humildad para lidiar con lo que realmente somos… y que no nos es dado comprender cuando queremos.


Sin que nos demos cuenta, a veces la verdad, que viaja entre nosotros de incógnito, se descubre a sí misma. Nosotros casi nunca estamos atentos y, cuando estamos, deslumbrados, intentamos tocarla… sin percibir que somos nosotros los que debemos esperar ser tocados por ella.

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