martes, 11 de marzo de 2014

El don del encuentro


José Luís Nunes Martins
En “Filosofías. 79 Reflexiones” Lisboa 20013. Ed. Paulus


Estamos aquí, condenados a muerte, en busca de fuerza para hacer un camino que trae inquietudes a cada momento, pero que también nos lleva paso a paso. No estamos solos –nunca se está solo cuando se espera a alguien- porque hay quien quiere construir este camino con nosotros, olvidándose del suyo.

Hay alguien que nos sigue en silencio. Diferente de nosotros, no nos ayuda a levantarnos cuando nos hemos caído, pero tampoco se aprovecha de la proximidad para derribarnos. Anda por ahí esperándonos, admirando la forma como soñamos y la fuerza con que luchamos por la realización de nuestra vida. A veces nos presta su voluntad y nos da más firmeza y coraje para que seamos felices. Y somos. Aún cuando no nos damos cuenta de eso.

La vida de cada uno de nosotros es esencial para Dios. Pero… ¿Qué razón le habrá llevado a crear para sí mismo esta prisión?

El amor es la entrega de la vida. Es saber que se es un medio para que el otro sea feliz. Una fuerza pura para la realización  de los sueños de otros. Un sentido para la vida.

En este mundo, los días del amor son siempre cortos.

Es urgente percibir que no vamos a quedar aquí para siempre. Este mundo no es, con todo, un lugar menor. Es un espacio y un tiempo de bellezas infinitas. Es preciso mirar de forma pura lo que nos rodea, aprender a ver otra vez el sol y la lluvia, la arena y las olas. Que son siempre bellas, desde que quien las siente las haga así.

Si todo te parece ceniciento y silencioso, tal vez esté así…porque tú quieres.


Al final, para cambiar un paisaje es preciso que cambies lo que sientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario