José Luís Nunes Martins
En “Filosofías. 79
Reflexiones” Lisboa 20013. Ed. Paulus (pág. 89)
Pasamos gran parte de
nuestra vida simulando ser quien no somos. Huimos de la autenticidad porque
creemos que aquello que deseamos es más valioso que la realidad. Lo queremos de
tal forma que asumimos en la vida cotidiana la verdad soñada como ya realizada.
Con el tiempo perfeccionamos la mentira… creamos máscaras cada vez más
convincentes y coherentes del engaño que somos –queriendo ser quien no somos. Y
es triste que así nos condenemos injustamente a la soledad.
Este mal se enraíza en
la idea de que somos pobres. Pero el error está en asumir la simplicidad y la
pureza originales como carencia. Un día cualquiera, sin un por qué, caen las máscaras
que nos mantienen en la apariencia que mostramos ante el mundo… y caemos en el
fondo de quien se disfrazó. Nosotros.
Por unos momentos
sufriremos una especie de deslumbramiento, habituados como estábamos a media
luz. Pero rápidamente descubrimos que aún hay tiempo para que seamos felices.
La humildad es la forma
que la autenticidad tiene de celebrar la verdad.
La verdad nos atrapa.
Será sólo una cuestión de tiempo hasta que se descubra que al final este mapamundi
por el cual nos hemos orientado en la vida fue inventado y pintado por encima
de lo verdadero… Felizmente, en la mayor parte de los casos la tinta que utilizamos
es de calidad equivalente al beneficio real de la producción… y percibimos
entonces que ser feliz no es algo que se encuentre al final de cualquier camino, sino una simple
forma de caminar. Una simple forma de ser. Siendo – simplemente…
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