miércoles, 5 de marzo de 2014

Tal vez en nombre de Dios


José Luís Nunes Martins
Por Jornal i
publicado em 8 Set 2012 - 03:00



Hay personas ya acabadas con 20 años y hay jóvenes de 70… los viejos insisten en  quedarse en lo que ya no es; los otros, en hacer el presente y el futuro, el suyo y el de los demás, hasta el de los cobardes…

La vida sólo se comprende después. En este sentido, hay que analizar el pasado y evaluar los momentos vividos, las decisiones tomadas y sus consecuencias. Las normas de nuestros juicios y la lógica subyacente a lo que sucedió. Es un ejercicio complicado, pues implica una racionalidad  que evita grandes emociones. Sólo es posible pensar debidamente aquello que ya aconteció, una vez que la absoluta apertura  al futuro en relación a la libertad del hombre no permite crear esquemas secuenciados entre posibilidades hipotéticas. El futuro es incomprensible porque está absolutamente abierto

La saudade (melancolía), uno de los más bellos sentimientos, el dulce y torturador recuerdo, lo ausente presente, no deja de ser un obstáculo a la vida, ya que, centrándose en lo perdido, desvía la atención de lo que existe y está a disposición. La saudade implica el contraste entre lo que ya se fue y lo que se es, concentrando todo el sentir en lo que  (ya) no es. Por otro lado, una tal lógica anula cualquier tentativa de vivir en serio, lo que se es… Al final, los saudosos(melancólicos) no tienen siquiera recuerdos, pues la remembranza sólo existe para lo que no está y, en ellos, está ausente. El pasado es todo muerto, y, desgraciadamente, quien de ella no sale, también…

Sólo se vive hacia adelante. Sufrir por los buenos recuerdos o también sonreír por causa de ellos es perder tiempo para soñar y realizar sueños. Construir felicidad. Poco importa lo que se hizo, eso nos ha traído hasta el punto en que estamos, pero de aquí para adelante, sólo tenemos que seguir la misma línea si fuera esa nuestra voluntad… somos libres. Libres. Libres al punto de ser: nada. Y nos tenemos que hacer, completamente, desde el inicio al final. Cada día. Sólo la falta de imaginación de tantos hombres los mantiene en una línea que parece obligatoria pero que es objeto de una elección inconsciente movida por el miedo.

Se puede ser libre y ser obediente, sí. No hay duda. Hay quien decide libremente seguir a otro, por ejemplo a Dios, y ese será mucho más libre que quien lleva su vida a merced  de los apetitos, haciendo lo que le apetece… nunca lo que quiere o sueña.

Esos pobres de espíritu son esclavos de su bajo vientre y de otras animalidades… como si no percibiesen que, en cuanto humanos, les cabe ser mucho más que animales. Pasando eso por, muchas veces, contrariar los instintos y elevarse a una condición divina. El desafío de ser santo o héroe (son sólo sinónimos) está al alcance de todos, ¡a pesar de la multitud de cobardes que tienen siempre buenas disculpas para no ser…feliz!

Sólo hay santos y héroes hacia delante. Este tipo de gente no se reforma.

Hay gente ya acabada con 20 años y hay jóvenes de 70… los anteriores temen quedar en lo que ya no es; los otros, en hacer el presente y el futuro, el suyo y el de los otros, hasta el de los cobardes… que tanto esperan una intervención divina y que no la perciben cuando ella llega por las manos de cualquier santo o héroe que se les cruza en su vida… tal vez en nombre de Dios.

Tal vez el sentido de la vida no sea así tan complicado: Amar para ser feliz, realizando sueños.

Claro que habrá mucha gente que ve en este tipo de propuestas algo demasiado simple… buscando laberintos del sentir y pensar por donde sólo ellos vagabundean, mientras pierden el tiempo. Mientras mueren en vez de vivir.

Realizar es la palabra clave. Hacer lo real, partiendo de más noble materia prima: los sueños. Cabrá por tanto a cada hombre ser realizador, soñando sin grandes lógicas, levantándose bien pronto a fin de, con las manos en el barro, y movido de amor, esculpir el mundo a imagen de sus sueños… realizándolos. Tal vez en nombre de Dios.

Andando hacia delante. Arrodillándose y levantándose. Hasta morir.


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