José Luís Nunes Martins
En “Filosofías. 79
Reflexiones” Lisboa 20013. Ed. Paulus
La riqueza promete
siempre felicidad, pero nunca cumple. Como si el mundo cupiese en los números, muchos
quieren llegar a la felicidad acumulando cosas… pero no llegan, porque nunca
llega, ni el todo es suficiente…La felicidad no es una estación de llegada, es
una forma de viajar…
Sólo los deseos
naturales, como la sed o el sueño, pueden ser satisfechos, los demás son
insaciables. La mayor de las riquezas es aprender a vivir con lo que se tiene. Y
hay más cosas importantes en el Cielo y
en la Tierra que en todas las cuentas bancarias. No se piense sólo en playas,
nieve y otras sonrisas, sino también en enfermedades y otros dolores, en luto y
otras luchas. Las adversidades forman parte de la vida, renegar de ellas es
aceptar voluntariamente una vida sin verdad.
Algunos ricos son como
espadas de hierro que necesitan ser afiladas continuamente. El mero paso del
tiempo las oxida, exigen incesante atención… hasta gastarse por completo o
volverse completamente inútiles. Nunca son realmente valiosas, pues es más el
cuidado que exigen que aquel que
consiguen facilitar. No sirven. A estas debemos desear que nunca les venga a
faltar la riqueza, para que sea siempre
evidente su real miseria…
Después están los que
conocen el secreto del acero. Son fuertes y valiosos, porque sirven a los otros
y no a sí. Son duros y duran. Les basta lo que son para ser mayores que
aquellos que pasan la vida en desear lo que no son.
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