martes, 18 de marzo de 2014

El camino del infinito


José Luís Nunes Martins
En “Filosofías. 79 Reflexiones” Lisboa 20013. Ed. Paulus


Una cosa es pensar que se está en el buen camino, otra, bien diferente, es acreditar que ese camino es el único. Son muchos los caminos buenos. Donde algunos llegan por l naciente, otro llegan por el poniente, lo que algunos consiguen por la alegría, otro lo alcanzan por la tristeza. Los trayectos pueden parecer puestos pero son las distancias las que engañan, muchos aspiran al mismo objetivo, por los diferentes caminos del mundo y por los diferentes mundos de cada camino. Los sacrificios exigidos en la vida son inmensos y a cruz de cada uno ha de ser llevada con sus propios hombros, no en los de ningún otro. En un camino original y sagrado. Creado por los pasos que ligan el principio al final… y religan al infinito.

No estamos solos. No somos seres solitarios y la realización humana  presupone compartir. Tal vez el alma del mundo es la fe que importa que la depositemos unos en otros. Respetando los itinerarios de cada uno, aceptando las diferencias, asumiendo siempre con humildad que podemos y debemos ayudar, pero no dirigir.

Los caminos nada dicen, o se muestran o no se muestran, pero igual cuando se muestran prefieren guardar silencio. Como si las propias piedras admirasen la libertad de aquellos a quienes fue dado el don de crear la propia vida. Importa estar atento a los silencios que cruzan los sonidos a cada paso. Escuchar la sabiduría de los tiempos.

Vivir esta vida es estar aquí. Ayudar a este mundo y a los otros. Respetar, confiar y amar. Entregar la vida toda a la certeza de que ella es eterna…


En un abrazo, suave, como un beso.

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