José Luís Nunes Martins
En “Filosofías. 79
Reflexiones” Lisboa 20013. Ed. Paulus
Una cosa es pensar que
se está en el buen camino, otra, bien diferente, es acreditar que ese camino es
el único. Son muchos los caminos buenos. Donde algunos llegan por l naciente,
otro llegan por el poniente, lo que algunos consiguen por la alegría, otro lo
alcanzan por la tristeza. Los trayectos pueden parecer puestos pero son las
distancias las que engañan, muchos aspiran al mismo objetivo, por los diferentes
caminos del mundo y por los diferentes mundos de cada camino. Los sacrificios
exigidos en la vida son inmensos y a cruz de cada uno ha de ser llevada con sus
propios hombros, no en los de ningún otro. En un camino original y sagrado.
Creado por los pasos que ligan el principio al final… y religan al infinito.
No estamos solos. No
somos seres solitarios y la realización humana
presupone compartir. Tal vez el alma del mundo es la fe que importa que
la depositemos unos en otros. Respetando los itinerarios de cada uno, aceptando
las diferencias, asumiendo siempre con humildad que podemos y debemos ayudar,
pero no dirigir.
Los caminos nada dicen,
o se muestran o no se muestran, pero igual cuando se muestran prefieren guardar
silencio. Como si las propias piedras admirasen la libertad de aquellos a
quienes fue dado el don de crear la propia vida. Importa estar atento a los
silencios que cruzan los sonidos a cada paso. Escuchar la sabiduría de los tiempos.
Vivir esta vida es
estar aquí. Ayudar a este mundo y a los otros. Respetar, confiar y amar.
Entregar la vida toda a la certeza de que ella es eterna…
En un abrazo, suave,
como un beso.
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