martes, 11 de febrero de 2014

La dictadura de la demagogia


Por José Luís Nunes Martins
publicado em 27 Ago 2011 - 03:00


La demagogia forma parte de la esencia de las democracias que tenemos: sistemas políticos regidos por personas elegidas por la capacidad de convencer a sus conciudadanos de su capacidad de gobernar.

El problema principal reside en el hecho de que los electores se ilusionen infantilmente, al punto de considerar, casi siempre, que las intenciones declaradas en campañas pre o pos- electorales corresponden, de hecho, a acciones que se quieren, pueden y saben hacer!

En este planeta gobernado más por el dinero que por las ideas para un mundo mejor, asistimos a una tentativa de las democracias de irse imponiendo a los demás sistemas políticos.

¿Pero puede una democracia de las que tenemos, o un bloque de democracias, imponer su sistema de organización a un país gobernado con otro régimen? O, sin ser demagógicos, ¿sólo se quiere cambiar el “gestor” de tal sistema no democrático? ¡La democracia no es la dictadura de la mayoría ni tampoco de cualquier minoría, como a veces parece!

La tolerancia tiene que ser su base. Ser tolerante no es ser débil. Es ser fuerte al punto de estar debidamente seguro de sus propias opciones, a fin de conseguir convivir sin inquietudes con el diferente (siempre que se respeten las leyes).


Lo contrario de la tolerancia es el fanatismo, que casi nunca proviene de los más convencidos de sus ideas, sino de aquellos que pretenden callar sus dudas cerrando la boca a sus críticos… 

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