sábado, 4 de enero de 2014

Entre los infiernos y el cielo



José Luís Nunes Martins
jornal i,
4 janeiro 2014
http://www.ionline.pt/iopiniao/entre-os-infernos-ceu


Las tinieblas están en lo íntimo. El cielo también.

El camino de la existencia no es una búsqueda exterior, es una aventura interior. Una travesía que va del mal al bien, de la obscuridad a la luz, de los dolores a la alegría… de la muerte a la vida.

Debemos cuidar lo que somos, aquello en que creemos, en lo que pensamos y en lo que aceptamos sentir. Cada una de estas referencias no sólo cambia nuestra vida, también se convierte en nuestra más concreta realidad…

Los infiernos son obras personales.

Los pesimistas se sienten inclinados a quedarse sólo con los puntos negativos de la realidad, que demuestran sus temores; en cambio el optimista tiende a ver en cada escenario la señal que le demuestra y anima a tener esperanza.

Pero, más importante aún que la forma como leemos la realidad será la voluntad con la que la transformamos, una vez que aquello en lo que se cree determina el sentido de la fuerza con la que se transforma la realidad. Sólo quien tiene confianza en un mundo mejor se sirve de sus manos para crear más luz en él. Quien desespera, sólo asiste a la natural degradación de todo… o, lo destruye, a fin de que se le confirmen los miedos.

Tenemos la idea de que controlamos poco de lo que nos acontece, que influimos en un abanico más amplio de cosas, y que la mayor parte de lo que nos sucede es ajeno a nuestra voluntad… Pero, tal vez, lo que podamos decidir sea lo más importante, la esencia de nuestra vida.

Claro que vivir esta nuestra vida no es ni fácil ni motivo de sonrisas sin fin… es duro. A lo largo de nuestra existencia las adversidades son cada vez mayores, llegando a tener que hacer una elección fundamental: ¿queremos ser víctimas o discípulos? ¿estaremos dispuestos a ser más y mejores? ¿Comprenderemos que no hay cambios sin dolor?

Para llegar a vivir alegrías profundas es preciso atravesar grandes sufrimientos, pasar por ellos… sin perder la esperanza que ilumina el camino y señala el objetivo.

No es el mundo el que nos debe escoger, somos nosotros los que debemos aceptar la existencia y el mundo en que nos es dado vivirla. Con los brazos abiertos. Cada vez que nos abrimos, el mundo se abre, como si la realidad reflejase, a modo de un espejo, lo que llevamos dentro.
         
Se recoge siempre lo que se siembra por la fe, pensamientos, y actos… sea en esta vida o en la otra.

Aquí nada queda… comprender que todo es breve nos lleva a no caer en la ilusión de la seguridad de una estabilidad que no existe aquí… aceptar el cambio, la incertidumbre y la muerte es algo indispensable para encontrar paz en el corazón.

Luchar. Seguir siempre adelante cara a los enemigos. En verdad, no nos hacemos mejores a pesar de las adversidades, nos hacemos mejores gracias a ellas.

¿Cuántas veces el sufrimiento es la gracia por la cual nos llega la verdad?

 Hay que aceptar las sombras, nieblas y rutas que tracemos en nosotros… Es esencial identificar y asumir nuestras fragilidades, como puentes que nos pueden ligar a los otros. Es la complementariedad de nuestros talentos lo que nos une. El don de un servicio para disculpar la falta del otro. Por la humildad asumimos las faltas que podemos perdonar… así como nuestros propios talentos servirán para superar las faltas de otros.

En este mundo donde todo es breve, debemos ser, nosotros mismos, la esperanza, la luz que ilumina el cambio de los otros.

El sentido de la vida no es un misterio complicado, a pesar de su dureza, se trata de caminar del yo al otro, de la ignorancia al saber, de las tinieblas a la luz, del miedo a la felicidad… del egoísmo al amor.

1 comentario:


  1. “Para llegar a vivir alegrías profundas es preciso atravesar grandes sufrimientos, pasar por ellos… sin perder la esperanza que ilumina el camino y señala el objetivo.
    Se recoge siempre lo que se siembra por la fe, pensamientos, y actos… sea en esta vida o en la otra.
    En verdad, no nos hacemos mejores a pesar de las adversidades, nos hacemos mejores gracias a ellas.”
    Hay ocasiones en que no nos gusta encontrarnos con la verdad, como la que se nos desvela en estas tres frases. Pero siempre es oportuna tu crónica, José Luis, gracias por el don que tienes de sacar a la luz los procedimientos y las claves para una vida mejor.

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