Gonçalo Portocarrero de Almada
jornal i - 11 de Janeiro de 2014
http://www.ionline.pt/iopiniao/olhos-veem-sem-ver
El pasado miércoles?, de mañana temprano, fui interpelado por un mensaje
informático de un joven universitario (NN), que sólo conozco del “chat” de una
red social. NN me felicitaba por un artículo publicado ese mismo día. Le
agradecí su amabilidad y me extrañó que ya lo conociese. Me dijo entonces que
el texto le había sido reenviado por unos amigos ciegos y que, gracias a una
aplicación, consiguen convertir el texto oral en escrito. Con buen humor,
añadió después que, tampoco me fiase de la vista, también él es ciego.
Inmediatamente le pedí perdón por mi casual indelicadeza, pero su respuesta, rehusando mi disculpas, no se hizo esperar: “sepa que, para mi, la ceguera no es sinónimo de dificultad o de tristeza. Es obvio que me gustaría volver a ver, pero… aprendí a ver mejor las cosas. Por eso, todos los días agradezco a Dios por haberme proporcionado esta experiencia. Gracias a eso lo conocí a Él. Descubrí que sólo eso ya justifica el no poder ver con los ojos …”
Discúlpenme la cursilada, pero estas palabras tuvieron el don de conmoverme, como hace tiempo no me sucedía. También ahora, me siento profundamente tocado por la grandeza de aquella alma, a la que se le ha pedido tamaño sacrificio y donde no hay ningún resentimiento o rebeldía, sino sólo gratitud y, hasta buen humor. Mi buen amigo NN, no viendo, ve mucho más de lo que yo y de lo que muchos otros ven, porque ve con el corazón iluminado por el don de la fe.
Inmediatamente le pedí perdón por mi casual indelicadeza, pero su respuesta, rehusando mi disculpas, no se hizo esperar: “sepa que, para mi, la ceguera no es sinónimo de dificultad o de tristeza. Es obvio que me gustaría volver a ver, pero… aprendí a ver mejor las cosas. Por eso, todos los días agradezco a Dios por haberme proporcionado esta experiencia. Gracias a eso lo conocí a Él. Descubrí que sólo eso ya justifica el no poder ver con los ojos …”
Discúlpenme la cursilada, pero estas palabras tuvieron el don de conmoverme, como hace tiempo no me sucedía. También ahora, me siento profundamente tocado por la grandeza de aquella alma, a la que se le ha pedido tamaño sacrificio y donde no hay ningún resentimiento o rebeldía, sino sólo gratitud y, hasta buen humor. Mi buen amigo NN, no viendo, ve mucho más de lo que yo y de lo que muchos otros ven, porque ve con el corazón iluminado por el don de la fe.
No fue la única
bendición de ese día, porque Dios me dio también la inmensa alegría de, a pesar
de mi ceguera, vislumbrarlo en las celebraciones eucarísticas y en el
sacramento de su amor y perdón.
¡Agradecido, Señor!
Un nuevo reto se me plantea, una admiradora del Padre Gonçalo me ha pedido que traduzca sus artículos, convencida de que harán mucho bien. No me pude negar tras estar mandándonos cumplido tras cumplido. La verdad es que los artículo del P. Gonzalo son todos más que interesantes, son auténticos, dicen lo que en cada momento desea o tiene que decir. Reconozco que los leía un poco por encima, pero ahora estoy seguro que me aprovecharán más. Si en alguna ocasión no interpreto bien sus palabras le ruego me disculpe, pues no se hablar portugués.
ResponderEliminar